Mucho antes de empezar los estudios de Diseño y Arquitectura de Interiores en el IADE madrileño, sabía qué quería ser de mayor:
«Cuando me regalaron mi primera casita de muñecas a los 6 años, lo primero que empecé a hacer fue cambiar de sitio los diminutos muebles de plástico y los cuadros pegados a las paredes empapeladas. Experimentar para mejorar”
(Entrevista realizada por Alicia Centenera para el Diario Vasco)
Tras unos años viviendo fuera, vuelvo a mi Donostia natal y me colegio en el Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Interior de Guipúzcoa, algo imprescindible para ejercer correcta y legalmente la profesión. Comienzo trabajando para otros, durante más o menos durante un año. En 1990, con mucha ilusión e inquietudes, me lanzo a montar mi propio estudio.
«Recuerdo con gran cariño mi primera obra: unas oficinas. Presupuesto súper ajustado y para ayer.”
Desde entonces, atiendo personalmente a cada cliente, redacto los proyectos, gestiono los presupuestos y dirijo con rigor y responsabilidad un cohesionado grupo de gremios. Un equipo experto en reformas e interiorismo.
Diseñadora y arquitecta de interiores, interiorista, decoradora….una profesión con muchos nombres pero con un solo fin; el de transformar los espacios para mejorarlos.) El entorno en el que vivimos y trabajamos nos condiciona muchísimo: la distribución del espacio, los la ergonomía, materiales, la iluminación y la ventilación, los colores…A veces unos simples cambios en una habitación, ayudan a que te sientas bien y mejoran tu calidad de vida.
Una constante en todos estos años ha sido la de reutilizar elementos en los espacios en los que intervengo. La razón principal es la sostenibilidad. Me da dolor de corazón ver cómo acaban en los vertederos tantos maravillosos materiales que podían tener una segunda vida. Pero también porque se ahorra en el presupuesto y se consiguen espacios únicos y llenos de personalidad.
Hay que estar siempre aprendiendo para estar al día de los nuevos materiales, técnicas de construcción, las tendencias en mobiliario y decoración. Me gustan todas las facetas de mi profesión: conocer, escuchar y entender a los clientes, sacar todo el potencial a los espacios. Los presupuestos son casi siempre limitados, cada proyecto es un nuevo reto. Hay que conseguir cumplir con lo establecido, tanto económicamente, como con el tiempo de duración de las obras.